La Junta de gobierno del Banco de México (Banxico) reiteró en su pasada junta del 19 de Diciembre que persisten los riesgos para la inflación por lo que se debe mantener una política monetaria prudente y conservadora que permita en el mediano y largo plazos alcanzar la meta objetivo del 3 por ciento.
Sólo el subgobernador Gerardo Esquivel Hernández votó por un recorte de 50 puntos base para que cerrara el año en 7 por ciento, mientras que los demás integrantes: Alejandro Díaz de León Carrillo, Irene Espinosa Cantellano, Javier Eduardo Guzmán Calafell y Jonathan Ernest Heath Constable, se inclinaron por un recorte de 25 puntos y cerrar en 7.25 por ciento.
Esquivel Hernández argumentó que “en mi opinión, reducir la tasa de interés en sólo 25 puntos base es insuficiente para reconocer los avances que se han logrado en materia de reducción de la inflación y de mitigación de riesgos en los últimos meses. Un ajuste de esta magnitud significa simplemente seguir detrás de la curva ya anticipada por el mercado”.
La Junta reiteró que mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa en un contexto externo en el que persisten riesgos, así como a la evolución de las condiciones de holgura y presiones de costos en la economía.
Los integrantes de la Junta de Banxico especificaron los riesgos que enfrenta la economía mexicana y la formación de precios. Algunos de ellos son un entorno externo débil, menor inversión, efectos directos e indirectos del incremento al salario mínimo, entre otros.
Advirtieron que el ajuste a la política monetaria debe ser “gradual” y «prudente«, ya que los pronósticos de inflación de mediano y largo plazos se mantienen por arriba del 3 por ciento.
Un integrante enfatizó que “un comportamiento conservador fortalece la percepción del compromiso con el objetivo de inflación, y con su autonomía”.