Los proyectos del nuevo gobierno no le gustan a la mayoría de la comunidad empresarial, la que desde hace un buen rato reconoce que la corrupción es un cáncer que deterioro el desarrollo de la economía nacional.

La comunidad empresarial reconoce y admite que uno de los mayores logros que podrá lograr la administración será la eliminación o reducción de la corrupción a niveles que permitan el crecimiento económico que tanto se le exige a la administración López Obrador.

Empresarios reconocen que se habían acostumbrado y gozado beneficios por la corrupción de las administraciones anteriores, a tal grado que recibían contratos por servicios sin factura.

En estos primeros 9 meses de la administración, que les parecen eternos, enjuician e increpan los objetivos de la administración López Obrador, por la osadía de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), decisión que no le perdonan y no le perdonarán.

Además, con el trompicado proyecto Santa Lucía, que les parece todavía más irracional, lo que se refleja en el pobre desempeño económico que también es severamente cuestionado.

Primero fue la famosa recesión técnica, ahora es el crecimiento, y no el desarrollo del país. Pero pocos son los que reconocen los aciertos como Jóvenes Construyendo el Futuro, que sirvieron para incrementar la plantilla laboral, con los beneficios que conlleva para la empresa.

El famoso Consejo para el Fomento a la Inversión, Empleo y el Crecimiento Económico que se compone de 850 empresarios de todos los sectores y tamaños, liderado por Alfonso Romo Garza, parece que sólo es una iniciativa para la foto que no están dispuestos a aprovechar para diseñar las políticas públicas que tanto exigen para que se logre un crecimiento.

Los tiempos de la división de López Obrador es un peligro sigue presente y más porque a diario el Presidente les recuerda que muchos son la mafia del poder, aunque dice que ya lo pasado pasado y ahora sólo se preocupará por sacar adelante a México.

A lo que también hay que sumar que la administración del nuevo Presidente no ha sido capaz de generar una política pública que genere mayor desarrollo económico que permita la mejoría de las mayorías.

En fin, el instrumento está, pero las ganas faltan.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...