La reforma del sistema tributario estadounidense y un gasto federal más elevado de lo previsto apuntan a un crecimiento acelerado a medida que el proceso de expansión ingresa en su noveno año, pero con riesgos por las medidas proteccionistas que plantea la administración Trump, señaló el comentario semanal de BlackRock.
Esto representa un cambio radical de una política fiscal estadounidense que durante mucho tiempo ha sido un obstáculo para el crecimiento y favorece la expansión global sincronizada.
En BlackRock prevemos que para el 2018 la combinación de recortes fiscales corporativos, el desembolso inmediato de gastos de capital y un mayor gasto federal le sumarán un 0.8 de punto porcentual al producto interno bruto (PIB) real de Estados Unidos.
Con este escenario se presenta el mayor estímulo fiscal en casi una década y debería ayudar a afianzar la recuperación de la inflación.
Se observa que este año hay margen para que la Reserva Federal aumente la tasa cuatro veces en lugar de los tres aumentos que ha señalado, igualmente a un ritmo gradual.
Prevé que el ciclo de Estados Unidos puede mantenerse en marcha durante al menos dos o tres años más. Esto adelanta el punto de quiebre de recesión del ciclo a aproximadamente un año.
Apuntó que si se contiene la presión por un sobrecalentamiento de la economía, la expansión podría continuar más tiempo. La expansión global se podría fortalecer si el crecimiento pudiese respaldar la expansión global, lo que implicaría un menor nivel de sobrecalentamiento estadounidense.
Además, hay cierta capacidad excedente que persiste a nivel global, particularmente en Europa.
La economía global nunca ha estado tan integrada en este punto de expansión, tal como lo explicamos en el artículo La reactivación económica, paso a paso, ahora que el comercio mundial representa aproximadamente un 50 por ciento del PIB global.
Esta poca actividad global persistente debería ayudar a moderar el sobrecalentamiento de la economía estadounidense y a respaldar la expansión, a medida que el estímulo estadounidense se extiende hacia el resto del mundo.
Pero preocupan las medidas comerciales de Estados Unidos. Una guerra comercial con China o una salida unilateral del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que revertirían décadas de una profunda integración económica y financiera a nivel global.
Si bien no es su hipótesis básica, reconoce que la percepción del mercado puede cambiar rápidamente y que los inversionistas pueden temer que un aumento del proteccionismo de la administración Trump provoque una crisis en el comercio global.
Consideramos que la expansión global puede continuar, bajo el supuesto que se contenga la presión por un sobrecalentamiento de la economía estadounidense con ayuda del resto de los países. Esto crea una base sólida para que los inversionistas inviertan dinero en los activos de riesgo, especificó la administradora de inversiones.